El Emperador Meiji, Mutsohito, en 1872.
Al comenzar la nueva Era, el Emperador, para definir su autoridad, promulgó cinco estatutos, los cuales eran:
- Establecimiento de asambleas deliberativas
- La integración de todas las clases en la tarea de sacar adelante al estado
- El remplazo de las "costumbres nocivas" por "leyes naturales" y
- Una búsqueda internacional por el conocimiento y
- El fortalecimiento de los cimientos de la regla imperial.
Todo para que se viera que este era un nuevo gobierno, el cual llevaría a Japón a ser uno más entre los países más influyentes del mundo, junto con ello eligió a Edo para ser su ciudad de gobierno, la cual pasaría a llamarse Tokyo, en reemplazo de la antigua ciudad del shogun: Kyoto.
El pensamiento era éste: en Occidente los sistemas estaban funcionando bien, por lo que para que Japón llegara a funcionar bien había que adoptar el sistema de occidente. Con este fin se comenzaron hacer innovaciones que de plano rompían con todo lo que antes se tenía por regla.
El Emperador trató de proclamar un gobierno democrático imitando a occidente, sin embargo no contaba con el poder para hacerlo, ya que pese a que ahora se suponía que el era el más poderoso dentro de todo Japón, el verdadero poder lo seguían teniendo los más de cien Daimyos en que se dividía el país, por ello el Emperador propuso la abolición del sistema Han (1869), el cual eliminaba los feudos, estableciendo 300 prefecturas y 72 provincias (este número fue disminuyendo hasta un total de 47 en el año 1888) y en un gesto de sumisión los daimyos le entregaron las tierras al emperador para que llevara a cabo este nuevo orden; de este modo el sistema feudal quedaba abolido del todo a los ojos de cualquiera, pero ¿fue realmente así?
Tanto los Daimyos como los samuráis más importantes que habían ayudado a la restauración se unieron conformando una nueva nobleza que vino a suplantar a los Tokugawa pues hacían lo mismo, o sea, controlaban las tierras y el gobierno; la mayoría quedó en puestos del ministerio, o sino directamente como gobernantes: la nobleza Genro.
Por lo que el emperador abolió el Hanshi (feudalismo), los nobles (kuge) y señores feudales (daimyo), incluyendo a los samurai y todos los privilegios que ellos tenían (1871); más tarde esta decisión tendría sus consecuencias.
Para que el Japón saliera adelante el Emperador se propuso tomar ciertas medidas que aseguraran su posición internacional:
- En 1871 comenzó el comercio con China
- En 1872 adquirió control administrativo sobre las islas Riu-kiu
- En 1873 adquirió control administrativo sobre las islas Bonin
- En 1874 impuso su soberanía sobre las islas Riu-kiu
- En 1875 las islas Kuriles pasan a Japón a cambio de las islas Sajalin, en un tratado con Rusia, quedando el límite de este segundo país en Siberia.
- y en 1876 se instala en Corea con los mismos cañones que alguna vez apuntaron a sus costas, los de Perry, logrando abrir Corea al comercio japonés y llegando a rivalizar tanto con China como con Rusia en el juego del Imperialismo.
Pese a todo esto, Occidente aún no los tomaba en cuenta y los tratados desiguales, otro punto que Japón quería resolver, originados durante la llegada de las potencias occidentales al país, siguieron siendo desfavorables a País del Sol Naciente.
Pero el emperador no quería ceder y en su afán de convertir a Japón en una nación importante al estilo occidental se dejó influenciar por varios modelos europeos, por ejemplo: utilizaron el modelo británico para todo lo referente a ferrocarriles, telégrafo, obras públicas e industrias textiles; le copiaron a Francia en cuanto a la reforma legal y el ejército que Japón adoptó (aboliendo a los samurai); y tanto de Estados Unidos como de Prusia adoptó la forma de universidad, educación primaria, innovaciones agrícolas y, además, sistema de correo. Entre 1875 y 1876 Japón reclutó alrededor de 600 expertos extranjeros para que sirvieran de asesores en el nuevo gobierno ¡y en 1890 llegaron a ser 3000!
Pues bien, como se puede observar, Japón por todos los medios trató de convertirse en una nación occidental, pero eso no estaría falto de problemas, ya que por un lado estaba presente la reticencia normal que la población pone ante los cambios muy drásticos tanto en el ámbito económico como de vida en general, salvo que en esta ocasión esto se ve amainado gracias a que el sistema ya se había experimentado, mínimamente pero algo al fin y al cabo, con la forzosa incorporación del sistema capitalista que impusieron los extranjeros; y por el otro lado, por el gran cambio cultural que significaba el derrumbe de los sistemas sociales como se conocían y la gran pérdida desde el aspecto cultural. Esto dio origen a la última de las batallas que el antiguo Japón feudal dio hacia el estado moderno que ya se encontraba prácticamente instalado: la Rebelión Satsuma (1877).
Pese a que los samurai fueron quienes defendieron al Emperador hasta el último momento, prácticamente volviéndolo nuevamente el líder después de tantos siglos, ahora el Emperador se volvía en su contra, y de más está decir que durante la Revolución Meiji, una buena parte de las antiguas escuelas particulares de samuráis partidarias del antiguo régimen fueron aniquiladas, pero incluso ahora , las que están de parte del Emperador, estaban siendo desfavorecidas con estas nuevas leyes que abolía todos sus beneficios, y esto no les gustó para nada. Es cierto que la mayoría de quienes apoyaron al Emperador, como se decía anteriormente, fueron puestos en lugares de importancia del nuevo gobierno, como por ejemplo Saigo Takamori, pero pongámonos en su lugar: toda su vida había sido de una determinada manera y ahora esto cambiaba radicalmente, el ser samurai no era su trabajo, era su vida, filosofía y sobre todo, su esencia; por lo que pese a todo, muchos no aguantaron y renunciaron, otros se hicieron simples y normales ciudadanos, o se convirtieron en privados, y otros pocos decidieron pelear, y su comandante fue el propio Saigo Takamori, quien años atrás había luchado por el Emperador y ganado para su ejército, y pronto llegaría a ser conocido como “el Último Samurai”.
Después de renunciar al puesto que tenía en el nuevo ejercito japonés, Saigo fundó una academia privada, pero entre más pasaba el tiempo más poderes de los samurai eran abolidos, hasta que el descontento fue tal que el más importante samurai de ese tiempo decidió actuar: él y un grupo de samuráis marcharon hacia Tokio, planeando derribar al gobierno de plano. Inicialmente eran unos pocos cientos pero en su marcha se les fueron uniendo más y más samuráis hasta llegar a formar un ejército de 40.000 hombres: el Emperador no se quedaría de brazos cruzados y mandaría a defender el nuevo régimen con 300.000 fieles samuráis del ejército y otros que no ostentaban el título. A pesar de que en un principio Takamori prefirió no utilizar armas de fuego sino que perpetuar la tradición, finalmente tuvo que ceder pues los ejércitos imperiales tenían morteros, y globos de observación mientras que ellos sólo con espadas no podrían hacer nada, por lo que tuvieron que adoptar métodos occidentales pero todo intento fue fútil, ya que en la batalla de Shiroyama fueron aniquilados, quedando menos de 400 hombres. Es en esta misma batalla que el último samurai es gravemente herido, y tras ello, por el hecho de no tener fuerzas para cometer seppuku (suicidio ritual por desentrañamiento) y, además, para no perder su honor, le pide a un compañero que lo decapite, acto que es cometido, poniendo fin a la batalla. Ese sería el fin de la antigua tradición de los samuráis, pues todas las demás rebeliones serían fácilmente contenidas al no existir un gran líder.
En el ámbito político, en 1878 Japón crea parlamentos provinciales, para que el pueblo tuviera una mayor organización y participación, a los cual se le sumó la creación de una cámara alta (en 1884, la cual estaba compuesta por la nobleza Daimyo-kuge), el establecimiento de un Primer Ministro (1885, designado por el Emperador) y la creación de una nueva constitución en 1889, la que reduce el poder de la dieta, y refuerza el poder militar. Es destacable que el poder en este tiempo es posible de definir como Oligárquico o autoritario ¿por qué decimos esto? Porque si vemos las cosas con claridad las personas que tenían el poder no eran más que los mismos clanes que siempre habían tenido el poder, los nobles y consejeros del emperador, antes dueños de los más grandes Daimyos y ahora parte de la nobleza Genro. Asimismo, estos poderosos, para que el pueblo no se desordenara y por la proliferación que había en estos tiempos de grupos con diferentes formas de pensar, sobre todo en contra del gobierno, como también quienes apoyaban la institución de nuevas reglas, aprueban la medida de prohibición de reuniones públicas, por sólo citar un ejemplo de lo que podían hacer los grandes señores de este régimen, al menos en sus primeros años.
Ahora en cuanto a su imagen internacional, Japón necesitaba dos cosas: primero que su posición internacional se definiera, y segundo, que se revisaran los tratados desiguales.
Como ya se veía, Japón con las incursiones que hizo obteniendo las islas adyacentes y logrando introducirse al continente por medio de Corea ya se estaba haciendo un nombre, sin embargo no es hasta 1894, año que comienza su guerra contra China, que Japón no es considerado un país no ya de importancia regional, sino mundial, ya que se estaba abriendo paso por el continente a fuerza de su poderoso ejército construido en base al francés, mayormente, pero también al prusiano, logrando quitarle a la potencia asiática continental mediante el Tratado de Shimonoseki (17 de abril de 1895) Formosa, Port Arthur y las islas Pescadoras, además logrando la vindicación de una Corea libre, China se estaba viendo amenazada a tal punto que Rusia, Alemania y Francia deciden intervenir, mediando un acuerdo en que a Japón le son quitados Port Arthur y Manchuria (región ubicada al noreste de China que en el momento era ocupada por Japón). Tras este suceso, Japón trataría de incrementar y fortalecer aún más su armada y poder militar en los años siguientes bajo el lema de fukoku kyohei ("enriqueced el país, fortaleced el Ejército"), y ese mismo año logran una victoria en el segundo aspecto, pues su reclamo a la abolición de la extraterritorialidad es escuchada por los Estados Unidos, con quienes acuerdan su cumplimiento para 1899, a lo que otros países siguen el ejemplo. Los tratados desiguales estaban siendo cambiados.
Finalmente como reconocimiento máximo internacional, Gran Bretaña firma un acuerdo con ellos en 1902, en lo que sería la primera alianza de un país europeo con otro asiático en igualdad de condiciones.
Así tras sólo unos años Japón pasaría de ser una sociedad totalmente nueva, cambiada y tomada en cuenta en todo ámbito internacional, pero aún le faltaba una prueba para el reconocimiento máximo ¿Qué haría si una de las grandes potencias del mundo occidental, o sea las potencias a las cuales imitaba, se levantaba contra ella? ¿Se dejaría amenazar?
Esas preguntas se verían resultas en los años venideros, con una de las guerras que demostrarían que Japón era una verdadera potencia.
ECONOMÍA DURANTE LA ERA MEIJI
Durante el período que analizamos, Japón se mostró como un fuerte país en lo que a comercio tocaba, debido a la gran influencia extranjera Japón se delimitó como una nación bajo el mercado libre capitalista, con lo cual se afirmaba en su decisión de nación abierta, mientras que trataba de llegar a acuerdos que los beneficiaran tanto en occidente como en su territorio oriental. De más está decir que lo que más les costo fue que los occidentales los tomaran en serio pero después de demostrarle al mundo que verdaderamente eran una nación poderosa tanto militar como económicamente y que podían rendir eficazmente en diversos ámbitos, es comenzada a ser tratado como un aliado por el mismo Imperio Británico (Tratado de 1902)
Es durante esta época que el Emperador se hace asesorar por una inmensa cantidad de expertos occidentales (más de 3000) en distintas ciencias y disciplinas para que les mostraran cómo convertir a Japón en una nación exitosa en todo ámbito; además de ello, comenzó a enviar estudiantes japoneses al extranjero para que se pudieran capacitar tanto en milicia, como en ciencias y estudios varios, para que al volver a Japón pudieran contribuir con todo lo aprendido; y ciertamente que estos gastos fueron grandes inversiones a no tan largo plazo pues solo 10 o 15 años después Japón le mostraba al mundo de lo que era capaz.
Es bajo estas circunstancias que nombres como Mitsui o Mitsubishi comienzan a tener reconocimiento, pues gracias a los capitales prestados por el Estado para que surgieran, logran abrirse camino como grandes empresarios capitalistas, incluso llegando con su fama hasta nuestros días y en países tan lejanos como el nuestro.
Así Japón se comenzaba a perfilar como un país de gran potencial, pese a su falta de recursos naturales, lo que le hacía importar muchos materiales brutos y exportando los acabados (tendencia que es ocupada hasta hoy en día), y se industrializaba, dando la pauta de lo que sería una realidad en los venideros años.