Nace el 6 de Octubre de 1776, en una familia samurai de poca importancia, al norte de Japón en la región de Tohoku, bajo el nombre de Ōwada Yoshitane, tras lo cual sería adoptado por un criado del gobierno de Matsuyama, Hirata Tōbei, quien tiempo después le cambiaría el nombre a Atsutane Hirata.
Desde pequeño investigó en las religiones aprendiendo sobre el movimiento neo-confucionista, sobre el daoísmo y sobre el sintoísmo, interesándose en especial en los trabajos de Motoori Norinaga, erudito japonés fundador del movimiento kokugaku (corriente intelectual que rechazaba el estudio de los textos budistas y chinos y favorecía la investigación filológica de los clásicos japoneses).
Gracias a sus estudios y el interés que presentaba pudo escribir gran cantidad de libros, dentro de los cuales figuran: Tama no mihashira (“El verdadero pilar del espíritu”), Koshi seibun (“Tratado sobre Historia Antigua”) y Zoku Shintō taii (“El verdadero significado del shinto común”); dentro de todas sus obras se advertía que el tema acerca de la espiritualidad en Japón le atraían en sobremanera, y es que en Japón se veía una mezcla de religiones las cuales no quedaban bien definidas, por lo que el trató de establecer una que pudiera ser ocupada por todos los japoneses de la nación.
Así como estudió las antiguas enseñanzas del sintoísmo, también investigó sobre el cristianismo, religión que influiría bastante en su forma de pensar.
En su afán de que todos se unieran bajo una verdadera religión empezó a formular las bases para este nuevo sintoísmo. Primero: utilizó a Amenominakanushi-no-kami como dios padre, quien tenía dos dioses subordinados, el Alto-Productivo (Takami-musubi) y el Divino-Productivo (Kami-musubi), representando así tanto lo masculino como lo femenino.
En sí su teología no trascendió mucho mas allá del tiempo en que los eruditos lo tomaron en cuenta pero lo que sí tuvo mucha influencia fue su forma de ver la adoración. Antiguamente en Japón se tenia la concepción de que existían muchos dioses, pero no se designaba un poder absoluto, anterior a la era feudal japonesa al Emperador se le veneraba como un gran dios, e Hirata quería que esto se hiciera de nuevo, al combinar el sintoísmo con la concepción cristiana monoteísta, lo cual ayudó a que el Emperador se instaurara como una deidad, proclamándose descendiente directo de Amaterasu y fortificando la visión que se estaba formando de él, en los momentos de las reformas Meiji, cuando más se necesitaba que el pueblo estuviera de parte del Emperador.
Ya en 1841 publicó un libro que hablaba mal sobre los Tokugawa, alegando que no le rendían el debido respeto al Emperador, y por ello fue confinado a vivir en Akita hasta su muerte, el 2 de Noviembre de 1843.
Durante su vida enseñó a más de 500 discípulos, quienes esparcirían sus escritos, los cuales serían siendo leídos en especial en los años venideros por los samurai quienes llevaron adelante el movimiento sonno joi y lucharon en la Guerra Boshin contra el shogunato.
El movimiento nacionalista durante las décadas siguientes tendría sus bases sentadas gracias a este hombre.